Éditions Ruedo ibérico

Un pie dentro y otro fuera

Mateo Macia


Ruedo Ibérico ha sido una de las editoriales más representativas del exilio español. Ahora va a empezar a editar alguna de sus obras en España.

"Ni somos puritanos ni estamos en una torre de marfil", declaró a CUADERNOS PARA EL DIALOGO José Martínez, director de Ruedo Ibérico. "Nunca nos hemos opuesto a que nuestros libros se editaran en España, pero sin censuras. Concretamente, para editar aquí, a través de otra empresa, 'El laberinto español', de Gerald Brenan, había que hacer cuarenta y ocho correcciones o supresiones. Nos negamos y hoy sigue siendo uno de nuestros libros prohibidos".

Los "Cuadernos de Ruedo Ibérico" han sido una de las plataformas intelectuales del exilio español. Según José Martínez, durante su primera época cultivaron un cierto "frente populismo cultural". "Se nos acusó de todo: castristas, por defender la revolución cubana; anarquistas, trotskistas... A partir de 1974 nos replanteamos la revista y en la actualidad, empleando un término de moda aquí, creemos que hay espacio para nosotros en España. Tenemos una sociedad editorial, a la espera de que se nos conceda el permiso, constituida en Barcelona, y la mayoría de nuestras publicaciones ya se distribuyen aquí".

"¿El precio? Yo no puedo controlarlo. El coste editorial es mayor en Francia, aunque los costes españoles ya lo van igualando. De ahí que nuestros libros resultaran -y aún resulten a veces- demasiado caros.

¿Ha habido financiaciones extranjeras de Ruedo? "No, nunca. La editorial jamás ha sido autosuficiente. Se constituyó con un grupo de amigos -eso está en los papeles, cuando se formó la sociedad, en 1962- y todos hemos ido aportando lo que podíamos. Ahora creo que podemos venir a España, trabajar aquí. Aunque siga la censura. Todos los editores españoles deberían arriesgarse al secuestro, porque siempre se puede sacar el libro en el extranjero. Nosotros no pensamos hacer concesiones. Y por eso vamos a conservar vinculaciones fuera".


Crítica desde la izquierda

"Los 'Cuadernos' expresan una ideología radical, en el sentido norteamericano del término. Hacemos la critica desde la izquierda y, repito, creemos que hay espacio para nosotros. En cuanto al exceso de revistas teórico-políticas, ya he visto morir muchas. La mortalidad infantil es grande en este tipo de publicaciones".

"La literatura del exilio, por otra parte, ha sido muy importante. Nosotros hemos sacado libros para contrarrestar la propaganda franquista -como los 'Veinticinco años de paz' de Fraga y hemos dedicado mucha atención a la preguerra y la guerra civil. Si nuestros dos bestsellers -mediocres bestsellers, porque no se habrán vendido de cada uno de ellos más de cincuenta mil ejemplares- han sido 'La guerra civil española', de Hugh Thomas, y 'La Santa Mafia', de Jesús Ynfante; los hombres de Ruedo, y yo personalmente, tenemos mucho cariño a otras obras también: 'Nuestros primeros veinticinco años'. 'Horizonte español', lo publicado a raíz de las primeras huelgas de los mineros asturianos..."

¿Por qué venirse aquí, si ya se distribuyen en el interior las publicaciones? "La mayoría de nuestros colaboradores ha estado siempre en la Península. Sólo hay que repasar los índices y unas veces con seudónimo, otras no, esta afirmación puede comprobarse. Precisamente porque estábamos en España, hemos permanecido vivos. Tras la primera etapa de obras 'históricas', nuestra residencia en Francia hizo más permeables al mercado español nuestros libros y más fácil la colaboración de intelectuales que vivian bajo el franquismo. De hecho, la literatura del exilio abandonó Sudamérica a comienzos de los años sesenta. Porque si hubo editoriales que contribuyeron a dar a conocer la obra de los grandes intelectuales expatriaddos -Américo Castro, Sánchez Albornoz-, la nuestra, junto con Ebro y Ediciones Catalanas, ha sido un poco la 'editorial del exilio' exilio no sólo físico, sino también interior".


In Cuadernos para el Diálogo 11 de junio 1977

NDE: Efectivamente, estamos en plena "pornocrítica"...