Éditions Ruedo ibérico

Un hombre complejo

Luciano Rincón


José Martínez y yo vivimos en la misma casa, del mismo París, en frente del Museo Cluny, próximos a la Sorbona y muy cerca de la editorial Maspero, el editor más importante de la izquierda europea durante algunos años y un librero que se arruinó porque todos los progres del mundo robaban impunemente en su tienda, sobre lo que él comentaba: "Lo malo de que me roben los españoles es que encima no leen". José Martínez me acogió un largo tiempo en París en su propia casa, casi siempre en un pequeño apartamento frente al suyo, y siguió haciéndolo en mis viajes periódicos a preparar libros para la editorial que él había fundado con tres amigos y que él dirigía y encarnaba. Allí discutíamos y dimos a luz los Cuadernos de Ruedo Ibérico. Allí conspirábamos ácidamente contra casi todo y hablábamos de sueños; él de manera a veces acerba, pero siempre lúcida. Un tribunal me bautizó más tarde como "el hombre de Ruedo Ibérico en el interior", pero Ruedo Ibérico era Pepe Martínez.

José Martínez Guerricabeitia era un hombre complejo y admito que difícil, pero también "muy amigo de sus amigos"; en ocasiones áspero y a veces, casi a escondidas, tierno. Martínez creó una editorial que supuso un punto de referencia fundamental en la oposición al franquismo. Yo le debo, además de su amistad, que mis libros, como Luis Ramírez, existiesen porque él los editó.

Es imposible reducir a unas líneas la importancia y la oportunidad de Ruedo Ibérico y, por tanto, la importancia y la oportunidad de Pepe Martínez. Después, la transición, el silencio y el no acostumbrarse a la idea de que quienes limpiamos los retretes no somos los que después nos sentamos en ellos, cosa que yo tenía clara, le retiraron. Pepe Martínez no pudo, o quizá no quiso acostumbrarse a la idea de que incluso quienes desde el franquismo militante le habían perseguido duramente, fueran considerados más importantes que él y su obra para la democracia. Y sospecho que entonces se le empezó a fraguar el infarto que le ha matado. Otros se habían apoderado de la historia.


En El País, 15/3/86


[NDE: ver la respuesta que le hace Francisco Carrasquer en su estudio sobre José Martínez que publicamos]