Ruedo ibérico - Artículos

José Martínez y Ruedo ibérico, de la clandestinidad al desencanto

Fragmentos de un viaje inacabado

Aránzazu Sarria Buil (Bordeaux)


"...le rôle qu'il avait joué pendant ces années, sa lutte pour maintenir vivante la culture bâillonnée de son pays, l'enrichir d'autres cultures, la faire connaître dans le monde entier, avec ses traductions, avec les revues, les livres des éditions de l'exil. Sa place de cheville ouvrière dans toutes les configurations, tous les regroupements, juntes, fronts unis, fédérations démocratiques qui s'étaient succédé au sein d'une opposition qui ne surmontait jamais longtemps ses divisions. Tant de personnages de premier plan rencontrés, tant d'événements vécus dont il avail été témoin et acteur. Non, il n'avait pas le droit de se dérober"

François Maspero, La plage noire (1)


1965 marca el punto de partida para una aventura escrita a golpe de esperanzas y de desafíos. Se trata de un largo y penoso viaje que reunirá a un buen número de colaboradores y cuyos frutos constituirán una referencia imprescindible para la formación, en el interior o en el exilio, de una conciencia de oposición al régimen franquista. Nos referimos a la creación de la revista Cuadernos de Ruedo ibérico concebida en el seno de las Ediciones Ruedo ibérico, instaladas en París desde 1961. Esta publicación dirigida y animada incansablemente por José Martínez Guerricabeitia se convertirá no sólo en un auténtico ariete en la lucha contra la censura del régimen franquista, ya iniciada por la Editorial desde su creación, sino también en una de las producciones culturales en el exilio más influyente en España.

El camino emprendido por Cuadernos de Ruedo ibérico (1965-1979) se va a entrelazar con el destino de su director, José Martínez (1921-1986) constituyendo así las dos caras de una misma historia en la que se confundirán las vicisitudes y penurias de la revista con la degradación física de su fundador, los momentos de crisis y de gloria de la publicación con la incansable búsqueda de ideología de su creador.

En este breve estudio trataremos de recorrer la trayectoria de la revista desde la vivencia personal de José Martínez. Para ello tomaremos como referencia su correspondencia privada que se encuentra entre los archivos del Instituto Internacional de Historia Social de Amsterdam (2). Esta fuente nos ha permitido percibir el desafío y la obstinación que para su fundador supuso la aventura de Ruedo ibérico, faro de la intelectualidad bajo la represión franquista y objeto del olvido durante el proceso de degradación de la memoria histórica que acompañó a la Transición democrática española.

El primer aspecto que nos merece una cierta consideración es la ubicación de tal empresa, nos referimos al proyecto global de Ediciones Ruedo ibérico (3) en una doble perspectiva: por un lado, en el panorama cultural de los años 60, momento de su creación; y por otro, en lo que concierne a las relaciones entre la oposición del exilio y la del interior, dada su instalación en París.

El final de la guerra fría marca el inicio de una nueva etapa en la cultura oficial que como ya indicó Elías Díaz supone una ocultación del autoritarismo político en una pretendida desideologización, camuflada en los inicios del desarrollo económico tecnocrático. Durante la década de los 60 se produce un importante impulso de la oposición al régimen desde el interior en la defensa de una necesaria reforma política que instaurase un verdadero sistema de libertades, cívicas, sociales y culturales. Durante estos años se asiste a un giro en el protagonismo de la oposición política que se desplaza desde el exilio al interior de España, consolidando una comunicación intelectual entre ambas oposiciones.(4) RI surge en este contexto de amplitud de comunicación al mismo tiempo en que la censura continua su labor por encima de los intentos de liberalización desde el interior del sistema. El propósito de tal creación era claro: editar lo que en España era imposible, en la necesidad de evitar la progresiva pérdida de la memoria histórica, desmitificar la historia de la guerra civil y estudiar el franquismo, sin tabúes (5). Su posicionamiento frente al poder no dejaba lugar a ninguna duda y como indicará después su fundador a lo largo de una entrevista realizada para El País el 8 de abril de 1979, RI nace con una voluntad clara de ser una especie de antiministerio de Información y Turismo. Durante los primeros años sus animadores, conscientes de constituir una oposición política radical van a sentar las bases de la línea editorial en función de la práctica del propio Ministerio de Información y Turismo representado por Arias Salgado durante la publicación de los dos primeros libros de RI y por Manuel Fraga Iribarne después.

Sin embargo, la gran decepción de la empresa no va a surgir de las dificultades provocadas por dicho Ministerio, sino de la escasez de obras disponibles para su publicación: "...partíamos del supuesto de que como en España había una situación de censura, en los cajones de las mesas de los despachos de los españoles había una cantidad de manuscritos inéditos increíbles. Y no, no había. Había, eso sí, muchas malas novelas, ...pero el libro de testimonio político, el análisis, la denuncia, la elaboración histórica, de esto había muy poco. En cambio, sí llegaban muchos ensayos interesantes. Esto nos llevó a crear Cuadernos de Ruedo ibérico" (6) Asi pues, la llegada a la sede de París de numerosos ensayos procedentes del interior se encuentra en el origen del proyecto de creación de la revista cuyo destino será en adelante inseparable del de la Editorial. Por este motivo y como se ha encargado de reivindicar su creador los CRI no deben ser considerados como una revista del exilio, sino más bien como una publicación del interior editada en París a causa de la censura, ya que exceptuando algunos autores exiliados la mayor parte de los colaboradores de la revista residían en España y vivían bajo el franquismo.

Si bien el día a día del propio Martínez pasó por las mismas dificultades que las de otros muchos exiliados políticos, su vivencia escapaba a la nostalgia de sentirse lejos de la patria y al proceso de adquisición de una mala conciencia del exilio. Su situación en París le permitía no sólo dedicarse a una actividad condenada a la clandestinidad por el régimen franquista, sino también estrechar los lazos con la oposición del interior de la que se sentía partícipe como queda fuertemente expresado en las siguientes declaraciones: "...nosotros, los de Ruedo ibérico, nunca nos hemos considerado un grupo exiliado, nos hemos considerado un grupo en el exilio. (...) Siempre hemos sido gente del interior que vivía en otro país. Hemos sido el altavoz o el portavoz de eso que Goytisolo llamó el exilio interior." (7) Conviene destacar ya desde ahora que esta función de puente entre la oposición que se mantenía en el exilio y la oposición interior pasará por constantes dificultades, por momentos de falta de entendimiento, de incomunicación y de constante critica que constituirán la tónica general de la revista y, como no, la clave para entender la trayectoria personal de su principal impulsor, José Martínez, quien acusará a la izquierda española y a su práctica política durante el periodo de descomposición del franquismo y de Transición democrática del destino de RI.

Los CRI hacen su aparición en junio de 1965. El inicio de esta aventura supone la creación de una tribuna antifranquista abierta a toda persona independiente o que quisiera expresar públicamente posiciones independientes de las de su partido. Desde la publicación de su primer número los Cuadernos expresan una oposición al régimen estrictamente política que no es sino la manifestación de una ideología necesariamente radical: "La cuestión es que se trata de un esfuerzo radical; es decir, que se propone acometer las cosas en su raíz (...). Esa fundamental radicalidad (...) trae consigo sus exigencias específicas. En primer lugar, la de autonomía. Sólo se puede ser radical -hoy por hoy, y en el cuadro peculiar de nuestras circunstancias españolas; no se dé, por tanto, a esta afirmación, valor universal y ahistórico- al margen de los esquemas preestablecidos, de los subjetivismos de grupo o de partido, de las tradiciones operantes; (...). En segundo lugar, la del rigor. Es éste un postulado de toda empresa intelectual, bien es sabido. Pero también, bien poco cumplido. Rigor quiere decir, modestamente, en nuestro caso, atenerse a la realidad para proyectar sobre ella los esquemas teóricos de su posible transformación dentro de las normas metodológicas del pluralismo científico: polo opuesto de toda ortodoxia mineralizada, de todo pensamiento dogmático." (8)

Tomando como presupuestos básicos la diversidad y la pluralidad la revista pretendía crear un espacio de discusión en el cual las diferentes tendencias políticas e ideológicas del antifranquismo pudieran expresarse, lejos de los ataques y del sectarismo típico de la izquierda tradicional. La transcendencia para la creación de CRI de la expulsión del Partido Comunista de Jorge Semprún y de Fernando Claudín, dos de los principales colaboradores, revela el carácter abierto de esta publicación, "...el eje central de un común proyecto revolucionario global: el de la necesaria transformación socialista de la sociedad. Proyecto común que admite y presupone enfoques diversificados, contrastes entre éstos, elaboración de convergencias dialécticas, siempre rebasadas por el proceso mismo de la historia. El pluralismo socialista es un hecho innegable, e incluso, en algunos de sus aspectos, agudo y (...) antagónico. Se trata de darle un órgano de expresión y de elaboración que permita, dentro de los limites impuestos por la dispersión de fuerzas, ir superando sus aspectos negativos, en un libre y riguroso contraste de opiniones. Radicalmente libre y radicalmente riguroso: nada más, pero nada menos." (9)

A través de esta declaración de principios la revista firma una verdadera declaración de guerra al régimen y, en un sentido mucho más amplio, sienta las bases de un proyecto que nace de un estado teórico para impulsar una acción práctica. La revista se convertirá en el mejor reflejo de la evolución de la oposición antifranquista durante los últimos años del régimen y su consulta de referencia obligada para la reconstrucción de la historia del movimiento obrero y de movimientos de izquierdas entre 1965 y 1975 especialmente. En sus páginas encontramos no sólo la expresión más inmediata de una intelectualidad antifranquista deseosa de salir del encorsetamiento impuesto por la censura ya sea a través de ensayos, crónicas o expresiones artísticas (poesía, teatro, cine, artes plásticas, etc.), sino también el resultado de un contacto directo con la cotidianidad del franquismo a través de críticas y de análisis de la situación política, social o económica española. La trayectoria de la revista será también, como no, el vivo retrato de la situación interna de RI, de las constantes dificultades de orden económico y de la permanente sombra de indefinición política que no dejará de proyectarse sobre la plantilla. Su evolución no es otra que la marcada por un estrecho camino amenazado no ya por el poder, al que se le hace frente con descaro, sino por los enfrentamientos en el seno de la izquierda. El concepto de antifranquismo que marcara el punto de partida de este proyecto irá perdiendo sentido hasta convertirse en un término vacío a medida que se transformen las circunstancias políticas españolas y se readapten las ideas de ciertos sectores de la oposición en los que se encuadraban buena parte de los colaboradores habituales de la revista.

Se trata de aspectos importantes pero que nos extenderían en exceso el trabajo que nos ocupa así que nos limitaremos a hacer una periodicidad de la revista, insertando en cada uno de esos momentos la visión personal de José Martínez, privilegiado espectador de una realidad a caballo entre dos fronteras, la establecida por la geografía y la marcada por la ideología.

La andadura de CRI comienza en junio de 1965 y termina en abril de 1979. De aparición en principio bimestral, los problemas de periodicidad le harán pasar por tres interrupciones: entre mayo de 1969 y junio de 1970, la primera; entre mayo de 1973 y enero de 1975 la segunda y entre diciembre de 1977 y enero de 1979 la tercera. Interrupciones que tienen en la cuestión financiera su principal motivo, pero que encierran también los problemas internos del equipo de redacción a propósito de la línea editorial que la revista debía seguir. De hecho, la segunda de estas interrupciones es vivida y presentada a los lectores como una auténtica despedida y cierre. Buena parte de estos momentos difíciles vividos a lo largo de la existencia de RI son causados por la ambigüedad que comporta: grupo político constituido bajo forma de empresa comercial, empresa comercial que asume las tareas de grupo político. Esta peculiaridad hará que la empresa sea en diferentes momentos víctima de su marcado carácter político y los CRI serán "enterrados" en varias ocasiones, siempre con la crisis de la izquierda como telón de fondo.

Orientados por estas desapariciones en la publicación -que marcan el propio cuestionamiento de la revista- y principalmente por los contenidos de los diferentes números, podemos establecer tres momentos en la vida de la revista que evolucionan desde la prioridad de la noción de frentepopulismo cultural hacia una vertiente puramente ideológica que se concretará en la plasmación de la corriente libertaria. La primera de estas etapas se desarrolla del n° l (junio/julio 1965) a los n° 22-24 (diciembre/mayo 1969); la segunda del n° 25 (junio/julio 1970) a los n°41-42 (febrero-mayo 1973); y finalmente la tercera de los n° 43-45 (enero-junio 1975) a los n° 61-62 (enero/abril 1979. NDE. La autora ignora en este momento que se publicó, también ya en España, un último número -63/66 (mayo-diciembre 1979)- por no haberlo encontrado en ninguna de las bibliotecas consultadas...).(10)

En sus inicios la programación se proyectaba en series anuales de seis números. A partir de la tercera serie iniciada en junio de 1967 los lectores se acostumbrarán a la aparición de números dobles y en ocasiones triples. Como ya hemos señalado estos fallos en la publicación no eran sino consecuencia de las constantes dificultades financieras por las que pasaba la empresa y que verán su reflejo más inmediato en continuas llamadas a la ayuda que pudiera procurar la suscripción. Hay que añadir a la lista de estos números la publicación de lo que se denominó Suplementos anuales de Cuadernos de Ruedo ibérico y que se iniciará con los dos tomos de Horizonte español I966.(11) Cada portada aparecía con un color diferente, con una presentación sobria y original. La extensión solía oscilar entre 88 y 136 páginas por número simple, en función de las distintas épocas de la revista. El precio se mantuvo coherente durante toda la publicación pasando de 7 a 9 francos en el n° 36 (abril/mayo 1976) y a 10 francos a partir de los n° 43-45 (enero/junio 1975).

La primera etapa de CRI responde claramente a la línea de antifranquismo cultural, debido sin duda a la afluencia de colaboraciones de este talante a los locales del número 5 de la calle Aubriot, afluencia en la que, como ya hemos indicado, se encuentra el origen de la revista. Las páginas de estas primeras cuatro series (junio 1965/mayo 1969) representan la parte más homogénea de la publicación, tanto en lo que concierne al aspecto temático como al aspecto formal. El sumario se componía básicamente de unos cuantos artículos de actualidad política, española en su mayor parte, pero también de carácter internacional, con una fuerte base histórica. La cantidad de este tipo de artículos oscilaba en función de los números pero por dar una cifra aproximativa diremos entre 4 y 6 a los que se añadía una serie de aportaciones más diversas y en general más breves que incluían análisis e informes de temática variada. El predominio marxista de los artículos es característico de esta primera época en la que encontramos entre otras las firmas de Fernando Claudín, Iñaki Goitia, Jordi Blanc, Francisco Fernández-Santos y como no, la del pseudónimo colectivo Luis Ramírez (12). Cabe señalar el importante aporte en esta primera etapa de ilustraciones y de colaboraciones literarias sobre las que no hay que olvidar el constante trabajo de asesor del escritor Juan Goytisolo. Indicar también la importancia de secciones prácticamente fijas como Libros o Tribuna libre: la primera por la labor de difusión que supone la publicación de reseñas y comentarios de libros a los que el lector del interior no podía tener acceso y la segunda por el pertinente interés del equipo de redacción en crear un ámbito de debate y una ventana abierta a la polémica.(13)

Dadas las condiciones de restricción cultural y censura generalizada que se viven en el interior en los años finales de la década de los 60, podemos entender la anhelada espera de los lectores ante la llegada clandestina y siempre dificultosa de la revista, escondida tras el paso de los Pirineos en la trastienda de determinadas librerías. Si rememoramos brevemente la llegada de Manuel Fraga al Ministerio de Información y Turismo resulta de obligada referencia la consideración de la nueva Ley de Prensa, aprobada el 18 de marzo de 1966 y que supondrá un cambio en las modalidades de la censura aplicadas desde la Dirección General de Prensa, pero sobre todo una verdadera operación cosmética para el régimen. "La censura no va a dejar escapar la producción de la Editorial RI que deberá tomar mayores precauciones y andarse con más cuidado al pasar la frontera. Los efectos de la nueva política serán interpretados así por José Martínez: "Fraga era mucho más eficaz y por consiguiente, mucho más peligroso. Inició una política que consistía en establecer relaciones con algunos de nuestros autores, como con Thomas. Hizo el Boletín de Orientación Bibliográfica cuyo fin, a mi juicio, era indicar a libreros, editores, etc., una manera de leer los libros de RI. En este boletín hacía criticas de todos nuestros libros, que no eran completamente negativas, que es lo que hubiéramos deseado nosotros, sino que eran con ese estilo abierto, aparentemente liberal, donde incluso se contaban algunos puntos positivos. Pero, finalmente, la ecuación se resolvía en contra nuestra."(15)

En lo que concierne al seno interno de RI, el primer consejo de redacción estuvo constituido por Eduardo García Rico (Juan Claridad), José Martínez y Luciano Rincón (Luis Ramírez) por RI; Jorge Semprún y Francesc Vicens (Joan Roig) por los expulsados del PCE.(16) Si bien los problemas de funcionamiento interno comenzarán a surgir desde los primeros números, la buena acogida entre el público tanto en el interior como más allá de la frontera de los primeros Cuadernos contrarrestará de algún modo las desavenencias con las que nace la revista y supondrá un respiro para los colaboradores. El esfuerzo por superar las dificultades iniciales se refleja claramente en el n° 6 de la revista donde se hará pública la lista de los doce miembros del nuevo consejo acompañada de una nota de satisfacción por la creación de un equipo de trabajo que parece apostar por la continuidad de la revista (17). Resultaban quizás demasiados colaboradores para un José Martínez que comienza a agotarse con una tarea administrativa cada vez más ingrata y con un desaliento convertido en constante reproche producido por el escaso reconocimiento de una prensa de oposición antifranquista que responderá con el silencio ante una revista que se revela a los ojos de su fundador como necesaria y urgente. José Martínez vivirá estos primeros momentos entre la decepción y el éxito personal: "...tout mon temps était pris par la fabrication de CRI. Je croyais connaître très bien mes compatriotes, mais ceci appartient tout à fait au passé, car à présent je suis certain qu'on ne peut faire presque rien (sic), le presque (sic) étant de la charité pure. (...) La seule compensation que j'ai eu (sic) à mes problèmes -travail excessif, mes traditionnelles difficultés fínancières, et ma mauvaise santé, très mauvaise parfois même, c'est que CRI a été un succès. Juste (sic),je crois. Oh, pas financier! Mais succès moral certain. Les gens disent que c'est très bien, j'en rabat (sic) un peu." (18)

A lo largo de la preparación de la tercera serie los problemas se van a agravar. Una simple enumeración pública de ellos resulta necesaria en el n° 15 en donde se hace referencia a las dificultades de difusión y de financiación realizando un llamamiento más a la ayuda a través de la suscripción. Los problemas internos quedan sólo esbozados en la siguiente frase: "Silenciamos otras dificultades no menos importantes -quizá más descorazonadoras- que hemos logrado vencer en parte de un número a otro."(19) Sin embargo, tras este breve comentario se esconde la principal preocupación de José Martínez por el futuro de la revista ya que las soluciones provisionales que hasta ahora habían permitido la preparación de los Cuadernos serie a serie, número a número ya no serán suficientes para crear una base capaz de garantizar la subsistencia a largo plazo. El constante replanteamiento de la revista y la necesidad de buscar salidas que permitan superar los problemas arrastrados desde el inicio no hacen sino afirmar la creciente necesidad de constituir un verdadero equipo de trabajo en el que se pudiera sustentar el peso de la revista. La propuesta de su fundador va dirigida en este sentido y la expresa así a Joaquín Leguina, entonces colaborador desde España: "Esto es lo que os propongo. Decidir el equipo y ponerse a soldarlo rápidamente. Sobre los objetivos siguientes: 1. Politización de la revista. Lo cual exije que el nuevo consejo encuentre sus bases políticas comunes y en su caso las vertientes de sus discrepancias compatibles (...) 2. Elevación del nivel intelectual de la revista, que se va quedando un tanto atrás. 3. Mayor flexibilidad de contenido, mayor prise sobre la actualidad, mayor diversidad, secciones claramente dirigidas (...) 4. Mayor eficacia distributiva, esfuerzo por conseguir nuevos abonados y que los antiguos no nos vayan abandonando. 5. Esfuerzos de financiamiento. El equipo se puede constituir con los siguientes elementos (...). Me parece que debe funcionar de manera un tanto autónoma en dos subgrupos, uno en España, otro en París, pero con buena coherencia interna (...) ...se deduce que lo único que puede hacer marchar el carro es que se tire de él, es decir que se tenga interés sinceramente por la empresa (...) ... quien no pueda aportar esfuerzo, o no quiere, que lo diga sinceramente, y si estamos todos en ese caso, termina la empresa por común acuerdo y a otra cosa. Las maneras de colaborar en el trabajo común son múltiples, pero todas tienen un rasgo común, que es la voluntad."(20)

Los resultados de tal propuesta quedarán explícitos en la cuarta serie. La revista pierde la diversidad propia de los primeros números, no es capaz de mantener las secciones que la habían caracterizado y se ve obligada a publicar análisis más extensos y a dedicar volúmenes monográficos. La llamada al voluntarismo hecha en el seno del consejo de redacción resultará todavía menos eficaz que los constantes llamamientos al lector que se repiten en busca de una financiación sea a través del sistema de suscripciones, sea a través de ayudas directas. Ante una situación caracterizada por la desidia la muerte de la revista comienza a ser anunciada y José Martínez empieza a pensar en las mejores condiciones para ello: "...me molesta que la revista se muera no tanto por ella como por el reflejo que ello es de otras muertes o anemias. Pero si se muere quiero que lo haga: 1) en silencio, fórmula que he aceptado para no darle un disgusto a la gente (...); 2) publicando que el muerto se murió por incuria generalizada de la "izquierda española" y aprovechando la necrológica para dar una lección que pueda ser aprovechada por algunos, aunque entretanto se alegre Manolo Fraga. (...) La revista no se ha muerto por diferencias políticas entre los miembros de su consejo. Ojalá las hubiera habido!"(21) La publicación se interrumpirá en mayo de 1969.

Con el n° 25 (junio/julio 1970) la revista entra en una nueva etapa que es anunciada desde un sentimiento de gran inquietud por la precariedad. Nueva década, nuevas oficinas, nueva portada y los problemas de siempre que se siguen arrastrando mientras las soluciones tomadas a corto plazo tienen como única finalidad permitir la continuidad de la revista. José Martínez asume directamente la selección de los trabajos publicados en la quinta serie (n° 25-30) en la que desaparece cualquier otra referencia a los redactores-jefe o al Consejo Editorial.

Esta nueva etapa que se extenderá hasta mayo de 1973 (n° 41-42) se caracteriza por tener un contenido marcadamente anticapitalista, por manifestar una preocupación en documentar el día a día bajo el franquismo y por trasladar a sus páginas una fuerte crisis interna que pone en tela de juicio la función y el interés de la revista. En estos primeros años de la década de los 70 la situación política española provoca frecuentes análisis sobre la continuidad del régimen haciendo un hincapié especial en los intereses capitalistas que lo mantienen. Se publican así artículos a modo de editorial en los que se ofrecen una visión sobre los acontecimientos del momento y como no sobre el papel que desempeña la izquierda en esos últimos años de régimen bajo el dictador. Para hacerse eco de la realidad creada por el régimen franquista y permitir un análisis que escape a las manipulaciones del poder se crea una nueva sección que pretende responder a la exigencia de información del momento. Esta sección es titulada Hechos cotidianos bajo el franquismo y tendrá por objeto publicar documentos de "indudable interés para analizar de forma precisa y desenmascarar el verdadero carácter del régimen".(22) Esta creación no es sino un intento más de abrir la revista al lector y de hacerle participar en el proyecto de construcción de una historia de la política española bajo el franquismo. En esta misma línea se crea el Premio Ruedo ibérico, cuyo interés reside en estimular los trabajos de investigación en lengua castellana sobre los 35 años de franquismo, considerados globalmente (periodo 1936-1971). La convocatoria de dicho premio despertará ciertas críticas centradas principalmente en la cuantía del mismo, un millón de pesetas, y en la composición del jurado, miembros elegidos entre los autores de Ediciones RI.(23) La presentación de un solo manuscrito será encajada como un fracaso para la revista lo que contribuirá a acentuar una crisis existencial que se había hecho pública con la aparición del provocador articulo de Xavier Domingo "De CRI a Nada" publicado en el n° 31-32. En dicho artículo su autor anunciaba la muerte de la revista y proponía su entierro dada la incapacidad de la misma de romper con el lenguaje y el juego cultural utilizado por la oposición oficial entre la que incluía a la plantilla de RI. Al mismo tiempo se proyecta utilizar los esfuerzos hasta entonces consagrados a la producción de CRI en la creación de una nueva revista más abierta titulada Nada.

Por fin la polémica había llegado a los Cuadernos. Los deseos de crear un marco de debate y de suscitar polémicas habían dado sus frutos pero no en la dirección deseada. José Martínez que se había cuestionado la existencia de la revista una y otra vez asume el ataque directo de Xavier Domingo con la intención de hacer una autocrítica a la totalidad de los miembros de la revista y de despertar los ánimos para la reconstrucción de un proyecto todavía incompleto y para el que quizás los CRI habían fracasado. La acusación de ser una "revista oficial de intelectuales de oposición oficiales" no hace sino agudizar la crisis agónica de los CRI lo que provoca una respuesta de José Martínez desde la soledad buscada como redactor-jefe: "Dice X.D. que CRI son una revista muerta y que debiéramos enterrarla. Por ahora no la enterramos. Esto debe quedar claro. Afirma que yo estoy de acuerdo con el proyecto Nada. Es verdad. Lo que implica automáticamente que estoy de acuerdo también con parte al menos de su crítica."(24) Esta posibilidad de acabar con la revista y de embarcarse en un nuevo proyecto revela un estado de desánimo producto del crítico momento por el que atraviesa la revista y al que van a sumarse las consecuencias de una campaña de prensa contra RI lanzada por el Ministerio de Información y Turismo (25) lo que hace tambalear la ya difícil situación de la empresa. José Martínez se niega pese a las dificultades a dar por finalizada la aventura y se confía así: "J'ai perdu beaucoup de choses. RI aussi. A l'unanimité, les autres quatre asocies étaient partisans de liquider l'affaire. Pendant une année, Maspero a gardé les machines, les meubles, les stocks, les papiers. On m'a proposé l'absortion (sic), un salaire et un travail après. Mon manque de volonté a eu sans doute un effet positif. RI a eu la peau très dure et il continue à exister independamment (sic)."(26)

Una de cal y otra de arena. La responsabilidad asumida por José Martínez y los esfuerzos por llevar adelante la empresa producirán también buenos resultados. Por un lado, el redactor-jefe de la revista encontrará momentos gratificantes en la lectura de las reseñas publicadas en la prensa europea sobre la Feria del libro celebrada en Frankfort en el otoño de 1971. Le Monde y Frankfurter Allgemeine Zeitung valoraban en sendos artículos la presencia de RI en la Feria destacando la labor de las ediciones en su tarea de publicar obras hostiles al régimen y tachadas por la censura en el interior del país. Por otro lado, la detención y proceso de Luciano Rincón, periodista acusado de participar en la revista desde España bajo el seudónimo de Luis Ramírez despertará numerosas muestras de solidaridad y una protesta colectiva en petición de su puesta en libertad. El periódico alemán se hacía eco de este acontecimiento y los propios Cuadernos harán pública una sección consagrada a la relación entre Luciano Rincón y el seudónimo utilizado colectivamente de Luis Ramírez.(27)

La condena de este periodista pondrá una vez más de manifiesto la vulnerabilidad de la revista y marcará un paso más hacia el fin de la publicación. En su n° 37-38 y bajo un discurso cargado de lógica leemos la resignación entre líneas: "Ediciones Ruedo ibérico podrían seguir manteniendo la publicación como empresa de prestigio. Pero renunciando a otras actividades que pueden ser más útiles, incluso para alcanzar los fines que se proponía Cuadernos de Ruedo ibérico. Así pues se debe preparar el exit de la revista. La situación española nos exige un esfuerzo continuo de información política en profundidad que CRI ha sido incapaz de asumir. Por ello (...) las energías liberadas por la desaparición de nuestra revista las concentraremos en los meses venideros en poner en marcha otros métodos más eficaces al servicio de esa necesidad de información. La próxima desaparición de CRI no debe ser acogida con desaliento por nuestros lectores. Siempre supimos que llegaría el día en que tendría que desaparecer."(28)

El esfuerzo por mantener la revista en la calle continuará hasta el n° 41-42 con objeto de terminar la séptima serie. La precariedad financiera de la empresa y la despreocupación de los miembros de un consejo de redacción en vías de extinción se convierten una vez más en las principales causas de esta nueva desaparición. La breve nota que cierra esta etapa y que es redactada desde la experiencia del superviviente deja constancia del sentimiento de abandono del que es victima la revista y pone fin a la aventura de los 42 números, por lo que se aportan los índices analíticos, pero sin querer cerrar con llave la estrecha puerta que posibilite el acceso a la continuidad. Para ello la despedida se mezcla con la propuesta y con la simple enumeración de problemas de necesaria e inmediata resolución en vistas de una próxima reaparición. La eterna cuestión en palabras del eterno guardián: "Sólo un mayor interés por una revista como la nuestra del que hasta hoy despertaron los Cuadernos de Ruedo ibérico, puede dar solución a esos dos problemas esenciales, que enumero por orden creciente de importancia: liberar a RI de una carga, hoy por hoy, ruinosa; constituir un consejo de redacción capaz de asumir una nueva época de CRI."(29)

El vacío que deja la revista no consigue hacer reaccionar a la izquierda tal y como esperaba José Martínez. Además las circunstancias políticas que caracterizan los últimos años del franquismo no favorecerán las actividades de la empresa que tiene que hacer frente a pérdidas cada vez más fuertes.(30) El lapsus vivido en ese 1974 es aprovechado por el régimen a través de Ricardo de la Cierva para lanzar una campaña contraria a RI a propósito de la inutilidad de una revista editada en el exterior dada la supuesta apertura de prensa creada en el interior y de la que se hacen eco los defensores del régimen. La reaparición de la revista quedará postergada durante un año en el cual su fundador permanecerá a la espera de nuevos impulsos de la parte de sus colaboradores, consciente de su incapacidad para llevar adelante en solitario el proyecto: "Malheureusement, il me manque la capacité de réagir comme il se doit. L'enterrement de CRI est cxploité par le régime et il n'a pas tort. Mais même cette campagne (...) n'a pas encore éveillé une réaction positive de la part de la gauche. Il y a eu des lettres de condoléances. II y a eu une tentative de faire renaître ma revue, mais rien de concret jusqu'aujourd'hui (sic)."(31)

En el año 1975 y concebida lejos de París arranca la tercera etapa de CRI. La crítica al papel desempeñado por la izquierda considerada oficial se convierte en el punto de partida de la nueva trayectoria de los Cuadernos. Se trata de una verdadera segunda época para la revista en la que primará la corriente libertaria, única vía posible para hacer frente a un sistema capitalista implantado desde las cenizas del régimen franquista y para establecer las diferencias con una oposición de izquierdas que había optado por pactar con el nuevo sistema. La percepción de José Martínez en este año clave queda expresada en el siguiente extracto: "Je prépare la sortie de la nouvelle époque de Cuadernos de RI. Peu de gens m'aident à faire la revue. Mais beaucoup m'ont reproché de l'avoir tué (sic). Personne n'accepte mes raisons: trop chère pour une revue sans ligne politique définie. Le numéro 43-45 est pratiquement fini. La ligne politique nous place à l'extrême gauche -dans mon pays- Ceci s'impose par (sic) de nombreuses raisons. La politique du PCE et de la Junta democrática en est une et de taille. L'intégration de couches qui furent notre public jadis dans la société posfranquiste -celle qui (sic) vit déjà l'Espagne- en est une autre. Mes craintes de toujours ce font des réalités (sic) ce mois-ci. Arias Navarro va à (sic) donner à ces couches la démocratie dont elle (sic) ont besoin. L'opposition antifranquiste est morte sans avoir porté de fruits. Mais si elle est morte, elle continue à se croire vivante. Ceci empechêra (sic) pendant longtemps de construire une politique capable de lutter contre le système et non plus contre le régime."(32)

El término antifranquismo que hasta entonces había servido para aglutinar el conjunto de las reivindicaciones de las fuerzas de oposición de la izquierda dejará de ser un punto de referencia para pasar a formar parte de un lenguaje cada vez más ambiguo y que será utilizado por los nuevos adherentes de la incipiente democracia. La necesidad de posicionarse frente a los más recientes acontecimientos exigirá una nueva esfera tanto teórica como práctica en la que el concepto revolucionario adquiere toda su fuerza. "Los conglomerados de fuerzas políticas que pueden ser agrupados bajo las expresiones oposición antifranquista clásica u oposición antifranquista de izquierda no tienen sentido unificador para quienes se quieran revolucionarios. Estos conglomerados antifranquistas tenderán a dispersarse con la próxima desaparición de la persona de Franco y solamente se justifican como medio de integración y reconocimiento formal en el Estado posfranquista. En esta nueva etapa, CRI quiere ir más allá del antifranquismo caduco y miope de aquellas fuerzas, analizando la sociedad capitalista y sus manifestaciones políticas e ideológicas en una perspectiva amplia y no dogmática, denunciando la miseria de la ideología dominante y su reflejo en las fuerzas políticas de la oposición antifranquista.(33)

El objetivo es ambicioso y queda amparado por el interés en explicar la relación entre las ideologías y las prácticas políticas del movimiento revolucionario. El método elegido para llevar a cabo esta tarea no podía ser otro que partir de colectivos que pudiesen garantizar una línea de trabajo seria y escapar así de las eternas dificultades que habían caracterizado el desigual funcionamiento del consejo de redacción en el pasado. José Martínez concreta esta idea de la siguiente manera: "...consiste en hacer converger hacia CRI grupos autónomos de trabajo -a la vez político e intelectual- inmersos en distintas zonas de la sociedad española (...) No se trata de hacer de la revista el órgano de éste o de aquel grupúsculo ni el germen de un grupúsculo más guardián celoso de una ortodoxia más. Son cosas que hay que evitar a cualquier precio. Pero la revista será más o menos ineficaz si no logra perfilar líneas políticas claras, si no contribuye a la construcción de un modelo de sociedad distinto diferente del que subyace en las ideologías de la mayor parte de formaciones y grupos políticos que pululan en la sociedad española."(34)

La revista comienza así su nueva andadura con el ánimo de superar la escisión entre la teoría y la práctica que había caracterizado la primera época, a través de la inserción de estos grupos de trabajo en las fuerzas revolucionarias. El análisis de la sociedad española y la continua valoración de la contradicción en la que cae la política llevada a cabo por la oposición de izquierdas constituyen el núcleo de la temática de esta nueva etapa. Cada fascículo incluye una editorial que expone la realidad política coetánea intentando descifrar los elementos que caracterizan las reivindicaciones democráticas para fundamentar una crítica y un rechazo a la política practicada por una izquierda que ha dejado de defender el status de oposición.

En octubre del año 75 la librería de RI sufre un atentado que será motivo de un análisis en el segundo fascículo de esta segunda etapa, CRI n° 46-48, julio/diciembre 1975, firmado por el propio José Martínez. En dicho artículo titulado Del atentado contra RI y de otros atentados se hace una breve descripción de las consecuencias del atentado, así como un recorrido por los ecos publicados en la prensa europea, pero su importancia radica en el análisis que se hace sobre el exilio español en Francia y su función tras la desaparición del dictador. Para José Martínez la escasa respuesta de los grupos exiliados ante la oleada de atentados cometidos en territorio francés no es sino la muestra de la debilidad del exilio debido a su incapacidad de ofrecer una respuesta política conjunta. Sin embargo, más allá de la crítica realizada a las profundas divisiones existentes en el seno del exilio, Martínez hace una defensa del mismo en la medida en que las circunstancias políticas del interior no le permiten concebir el final de esa vía que se revela más imprescindible que nunca. Anuncia así en su artículo: "Nada hoy en el acontecer político español dice que el exilio vaya a dejar de ser una necesidad ineluctable, única tierra un tanto libre de que pueden gozar muchos españoles obligados -hoy, ayer y mañana- a abandonar España por su acción en pro de las libertades, ni que las funciones del exilio -las asumidas, las desdeñadas o las castradas- no vayan a seguir siendo necesarias."(35)

Esta necesidad se convierte en argumento suficiente para dar sentido a la empresa RI y para impulsar su continuidad. La violencia provocada por el régimen exige la absoluta necesidad de continuar con una labor emprendida precisamente para hacer frente a los métodos de dicho régimen. Sin embargo, una vez más las dificultades financieras acecharán el porvenir de la revista y a ellas vendrán a sumarse otras circunstancias producto del momento de encrucijada política que se vive en el interior y cuya percepción será expresada así por el propio Martínez: "II n'est pas facile de lutter à la fois avec l'ennemi du régime franquiste, l'indifférence de la droite civilisée, la haine secrète de la gauche institutionalisée (sic) et l'anarchie anémique de l'extrême gauche. (...) Mais cette fois - beaucoup plus que jamais- il nous faut de l'aide. N'importe quelle aide. Pour nous et contre un régime que les derniers événements renforcent dans l'immédiat."(36) "...il est très décourageant de s'entendre dire plus que jamais vous devez continuer à exister, vous devez résister en attendant votre prochaine implantation en Espagne, etc. sans recevoir de ceux qui exigent de nous cette résistence (sic), cette continuité, la moindre aide. Pendant un mois nous avons dirigé toutes nos énergies... à expliquer à tous les azimuts que nous ne pouvions pas, par nos seules forces, vaincre la situation dans laquelle nous ont placé les dégats causés par la bombe (que nous estimons à F 70.000). Nous avons entamé à peine le mur du silence de la presse."(37)

La coyuntura política creada tras la muerte de Franco provocará una situación de urgencia para RI que se hará más apremiante en la medida en que pretende contrarrestar los efectos de la polución informativa del interior que favorece a la denominada oposición democrática. CRI se desmarcará como lo había hecho a lo largo de toda su segunda época del resto de publicaciones de la oposición que ponen en tela de juicio su pasado antifranquista abandonando los principios que la habían caracterizado durante cuatro décadas. En su nº 54 los Cuadernos manifiestan la necesidad de su actividad reflexiva, "labor de higiene pública frente a las endemias y epidemias de oportunismo, de abandono de principios supuestamente mantenidos hasta ayer, y como vacuna ante enfermedades, al parecer contagiosas".(38) La conciencia de oposición permanece pues entre los objetivos de la revista junto a la absoluta necesidad de crear una alternativa política representantiva de importantes sectores de la sociedad española y capaz de responder a sus deseos de cambio democrático.

Pese a las dificultades para poner en marcha un método de trabajo colectivo, el espacio ocupado por la revista desde sus orígenes parece más vacío que nunca y reclama urgentemente un tratamiento de la historia distinto del que se hace desde dentro de las fronteras españolas. Los dos últimos años de la revista deben enfrentarse a una situación en el interior que poco tiene que ver con la espera de treinta años de exilio. Las dificultades ante una posible implantación en España y una cada vez mayor separación con la tendencia ideológica de los supuestos de la izquierda considerada democrática provocarán un sentimiento de desarraigo que acompañará la evolución final de RI y de su fundador. En su n° 55-57 la revista tiene un nuevo director Gerente, María José Martínez Romo y en n° 58-60 una breve nota anuncia el abandono de José Martínez como redactor-jefe para dejar el puesto a Felipe Orero, reflejo de sus dificultades para seguir asumiendo el papel de actor y testigo de una historia condenada al olvido y anuncio del desencanto que se instalará para siempre en la revista. Interesante golpe de magia y curiosa paradoja. Magia que le permite mantenerse en segunda fila y desvincularse de la responsabilidad directa de la revista a los ojos de su público y paradoja la que se desprende del hecho de protegerse bajo un pseudónimo en pleno proceso de una Transición democrática que le convierte en un espectador incómodo para los recién llegados protagonistas de la nueva situación política española. "Je suis plus seul aujourd'hui que jadis. Même au niveau personnel. Mal vu par les communistes, mal vu par les socialistes, ce n'est pas mes collègues de proffesion (sic) qui m'encourageront. Pour les extra-parlamentaires "marxistes" je suis un "anar", et pour ceux-ci... va à savoir (sic)."(40)

En el año 78 la revista desaparece de nuevo, mientras se llevan a cabo los preparativos para editar en España. Con ocasión de la Feria del Libro celebrada ese año Martínez escribe: "Cette nuit-là j'enterrais un mort, mort depuis quelques mois: le vieux RI."(41) La despolitización de la sociedad española dejaba entrever los problemas de una empresa como RI cuya nueva línea editorial pasaba por una fuerte ideologización. La evolución propia de la revista vendrá a ser un claro reflejo del posicionamiento político del momento. Las defecciones constituirán un elemento más de dispersión para los Cuadernos que reaparecerán de nuevo en enero de 1979 para anunciar su publicación en España.

La revista que tantas veces había anunciado su despedida y cierre publicará su último número con la intención de comenzar una nueva etapa, y como no podía ser de otra manera, lo hará desde el otro lado de la frontera, interrumpiendo su exilio. Su instalación en España conllevará el despertar de ese sueño colectivo que había encontrado en sus páginas su máxima expresión. El país que había permanecido en el punto de mira y en referencia obligada a lo largo de los 62 números acabará negándole un posible espacio para la expresión y la revista como la editorial se convertirán en una aventura inacabada como inacabado se quedó el proyecto de su fundador de escribir una historia sobre el antifranquismo desde el antifranquismo. Los esfuerzos por crear una alternativa al pesimismo cultural dominante no llegarán a buen puerto y la marginalidad, como había augurado su fundador, arribará a las costas de Rl. "Editorial y revista, pienso que serán marginales. No cabe limitar la marginalidad a la pura geografía, y es difícil establecer la frontera entre el marginarse y el ser marginado. Siempre se está al margen de lo contiguo: tierra o ideología"(42)

Casi veinte años después es necesario reconstruir esa aventura nunca contada por ser sufrida y para ello no dejar en el camino la labor de quien desde el silencio permitió la actividad de esta empresa de Ruedo ibérico, aceptando acompañar en la sombra el viaje vivido en solitario por su fundador y compartiendo hasta el naufragio la pesada tarea de arrastrar la memoria histórica. Me refiero a Marianne Brull a quien en reconocimiento van dedicadas estas páginas.


Publicado en ALTED VIGIL, A. Y AZNAR SOLER, M. (eds.), Literatura y cultura del exilio español de 1939 en Francia, Ed. AEMIC-GEXEL, Barcelona 1998, pp. 361-372


Notas

1. MASPERO, F., La plage noire, Editions du Seuil. Paris, 1995. Una reseña en español sobre esta novela en SARRIA BUIL, A., Riff-Raff. Revista de pensamiento y cultura, nº 5, Zaragoza, Primavera de 1995.

2. Aprovecho esta ocasión para agradecer públicamente la ayuda y las informaciones que del personal del Internationaal Instituut voor Sociale Geschiedenis, en especial de Mieke Ijzermans, recibimos Emilio Blasco y yo misma durante nuestra estancia en Amsterdam en el otoño de 1994. Estancia financiada por el Ministerio de Asuntos Exteriores español para la consulta del archivo personal de José Martínez Guerricabeitia.

3. En adelante RI/CRI

4. Sobre las etapas en la historia del pensamiento español durante e] franquismo y las diferentes formas de oposición política en DÍAZ, E., "Los intelectuales y la oposición política" en TUSELL, J., ALTED, A. y MATEOS, A. (coor.), La oposición al régimen de Franco. Estado de la cuestión y metodología de la investigación, Madrid, 1990. Tomo II, pp.331 -350. Sobre el giro en el protagonismo de la oposición política y las diferentes etapas en la función concedida a la conciencia intelectual de oposición, ABELLAN, J.L., "La conciencia intelectual de oposición en el exilio" en TUSELL, J., ALTED, A. y MATEOS, A. (coor.), op.cit. Tomo II, pp. 17-22.

5. Este triple objetivo constituye la base de los estatutos redactados en Andorra por los fundadores de las Ediciones: Vicente Girbau, José Martínez, Elena Romo, Nicolás Sánchez Albornoz y Ramón Viladas.

6. Entrevista de Soledad Alameda con José Martínez, El País, 8/4/1979. Basta con echar un vistazo a los títulos de los primeros libros publicados por Ruedo ibérico en su colección España Contemporánea para darse cuenta de la ausencia de autores de origen español: La guerra civil española de Hugh Thomas, El laberinto español de Gerald Brenan, Diario de la guerra de España de Mijail Koltsov, Falange de Stanley G. Payne, entre otros.

7. Entrevista de S. Alameda con José Martínez, El País, 8/4/1979. Roberto Mesa insiste sobre esta misma idea en su artículo "Ruedo ibérico. Una aventura afortunada" publicado en la revista La Calle: "Por ello, aunque impresa en Francia y aunque en ella escribiesen muchos nombres del exilio, CR1 nunca fue una revista del exilio: fue una publicación del interior obligada a editarse en Paris por la censura franquista". De hecho una buena muestra de esta función de voz del exilio interior queda reflejada en la numerosa utilización de pseudónimos, principalmente entre los colaboradores más asiduos.

8. MARTÍNEZ, J. y SEMPRUN, J., "Presentación" en Cuadernos de RI, n° l, junio/julio 1965. Paris, p.3

9. MARTÍNEZ, J. y SEMPRUN, J., op. cit., p.4.

10. Los lectores eran advertidos de la evolución que experimentaba la revista a través del anuncio de una nueva etapa en la primera página del n° 25 (junio/julio 1970), en el que José Martínez asume en exclusividad la tarea de redactor-jefe, dejando traslucir las dificultades de entendimiento con los otros dos redactores-jefe, hasta el momento, Ramón Bulnes (pseudónimo de Ignacio Quintana) y Jorge Semprún. El anuncio del inicio de la segunda etapa queda plasmado en la Editorial titulada "Cuadernos de Ruedo ibérico a todos" en CRI n° 43-45, enero/junio 1975, pp. 5-15. La revista hablará de Primera y Segunda Época. Nuestra división en tres etapas toma como criterio principal la temática de la publicación.

11. Este suplemento es una buena muestra de la actitud de oposición práctica contra la política del Ministerio de Información y Turismo ejercida desde el Consejo Editorial de Ruedo ibérico. En unas declaraciones al periódico El País José Martínez afirma a propósito de esta obra: "En gran medida la política editorial de Ruedo ibérico ha sido dictada por el Ministerio de Información y Turismo puesto que pretendíamos ser el antiministerio. Se puede decir que Fraga (...) fue el antidirector literario de Ruedo. A su campaña de XXV años de paz opusimos el Informe español de 1966, en el que se recopilaban 33 ensayos que analizaban la situación española desde múltiples perspectivas." HARGUINDEY, A.S., "Ruedo ibérico instalará una parte de sus oficinas en Barcelona", El País 7/6/1977

12. Nos limitamos a señalar algunas de las firmas colaboradoras de la revista. Una información completa en los índices analíticos y onomásticos de CRI y de sus suplementos en Cuadernos de Ruedo ibérico n° 41-42, febrero/mayo 1973, para su Primera época; y en el n° 54, noviembre/diciembre 1976, para su Segunda época.

13. Este interés se reflejaba en el talante de apertura manifestado por la redacción: "No dudamos que fuera de la corriente de pensamiento que nos anima surgen aportaciones valiosas para la comprensión de la realidad española y mundial. Esperamos también que nuestro trabajo dé lugar a reacciones polémicas. Para dar cabida a unas y otras, más allá del legitimo derecho de respuesta, Cuadernos de Ruedo ibérico ofrece su Tribuna Libre. Pero las dimensiones de una Tribuna Libre -de 3 a 6 páginas- pudieran intimidar a algunos de nuestros lectores y ciertas opiniones significativas perderse en el silencio. Para evitarlo nuestra sección Correo de los lectores -que iniciaremos en nuestro cuaderno n° 2 -publicará las cartas de interés que recibamos." Nota de la redacción que aparecerá publicada en sucesivos números, CRI n° l, junio/julio 1965, contraportada final; CRI n° 2, agosto/septiembre 1965, p.119; CRI n° 3, octubre/noviembre 1965, p.128.

14. La caracterización de esta Ley como operación cosmética en OSKAM, J.. "Las revistas literarias y políticas en la cultura del franquismo" en Letras Peninsulares, v.5.3. invierno 1992-93, p.396-397. Ver también sobre este aspecto de la censura, aunque con una interpretación diferente, RENAUDET, I., "La presse sous contrôle de l'Etat. Législation et pratiques de la censure au temps de la Loi Fraga (1966-1975)" en AUBERT, P., y DESVOIS, J-M., Presse et pouvoir en Espagne 1968-1975, Maison des Pays Ibériques/Casa Velázquez, Bordeaux/Madrid, 1996, pp. 289-303. Un trabajo cuantitativo sobre el tema en ABELLAN, M., "Análisis cuantitativo de la censura bajo el franquismo (1955-1976)" en Sistema n° 28, enero 1979, Madrid. Una visión procedente de la propia revista sobre los intereses a los que sirve esta Ley de Prensa en GOITIA, Iñaki, "El testamento político de Franco" en CRI n° 8, agosto/sept. 1966, pp. 94-103.

15. Entrevista de S. Alameda con José Martínez, El País, 8/4/1979. Referencia al historiador británico Hugh Thomas, autor de La guerra civil española publicada por Ediciones Ruedo ibérico en 1962. Una muestra de dicha política y de las reseñas de libros publicados por la Editorial nos la concede la propia revista CRI en su n° 3 con la breve referencia titulada "¿Qué es Ruedo ibérico?" y en la que se transcribe la visión del Ministerio de información y Turismo a propósito de la Editorial y del libro publicado por la misma España hoy. CRI, n° 3, oct/nov 1965, p.57.

16. En realidad a la cabeza del grupo de expulsados se encontraba Fernando Claudín, pero consideró que su nombre no debía figurar en el consejo de redacción, por lo que éste quedó reducido en la publicación de la revista a los nombres de José Martínez y Jorge Semprún como redactores-jefe.

17. El nuevo Consejo estaba constituido por Jordi Blanc (Manuel Castells), Ramón Bulnes (Ignacio Quintana), Fernando Claudín, M. García (pseudónimo que correspondía a un colectivo de jóvenes economistas), J. Martínez, Juan Claridad (Eduardo García Rico), Antoliano Peña (Carlos Romero), Luis Ramírez (Luciano Rincón), Joan Roig (Francesc Vicens), Jorge Semprún, Antonio Vargas (Antonio Linares) y Ángel Villanueva (Joaquín Leguina).

18. Carta de José Martínez a Giorgio Agosti, París, 11/5/1966. Carpeta 45 del archivo José Martínez del IIHS de Amsterdam.

19. "Cuadernos de Ruedo ibérico necesitan ayuda urgente de todos sus amigos" en CRI nº 5, oct./nov. 1967, p.95.

20. En España José Martínez proponía a: Ramón Bulnes, Angel Villanueva, Martín García, Iñaki Goitia, Ángel Bernal, Juan Naranco, Raúl Torras, Antoliano Peña. En París: Jorge Semprún, José Martínez, Jordi Blanc, Antonio Vargas, Lorenzo Torres, Juan Tomás de Salas. Carta de José Martínez a Joaquín Leguina, París, 29/11/1967. Carpeta 485 del archivo José Martínez del IIHS de Amsterdam.

21. Carta de José Martínez a Julio Cerón, París, 1/8/1968. Carpeta 218 del archivo José Martínez del IIHS de Amsterdam.

22. Cuadernos de Ruedo ibérico, n° 33-35, oct. 1971 /marzo 1972, pp.163-164.

23. La convocatoria inicial del premio en CRI n° 33-35, octubre 1971/marzo 1972, pp. 161-162. Las criticas a dicha convocatoria junto a la respuesta de José Martínez en CRI n° 36, abril/mayo 1972, pp.65-69. En el n° 37-38 se dará a conocer la composición del jurado: Herbert R. Southworth, Fernando Claudín. Daniel Artigues, Hugh Thomas y Juan Martinez Alier. CRI nº 37-38, junio/septiembre 1972, p. 2.

24. DOMINGO, X.,"De Cuadernos de Ruedo ibérico a Nada" y los motivos de la publicación del articulo en MARTÍNEZ, J., "Nota larga a un texto corto" en Cuadernos de Ruedo ibérico, nº 31-32, junio/septiembre 1971, pp. 133-136

25. A finales de 1971 el Ministerio desata dicha campaña contraria a RI a propósito de la publicación de un libro de Rafael Calvo Serer.

26. Carta de José Martínez a Giorgio Agosti, París, 5/5/1972. Carpeta 45 del archivo J. Martínez del IIHS.

27. En la breve nota "Ruedo ibérico en la Feria del libro de Frankfort" encontramos extractos de las reseñas de Le Monde (22/10/1971)y de Frankfurter Allgemeine Zeitung (18/10/1971) a propósito del tema, en CRI n° 33-35, oct. 1971 /marzo 1972, p.162. En el mismo número, los artículos en defensa de Luciano Rincón y la lista de escritores que solicitan su puesta en libertad.

28. CRI nº 37-38,junio/sept. 1972,pp.2-3. (NDE: Y así reacciona el régimen: Ver LIQUIDACION POR DERRIBO por Ricardo de la Cierva, ABC, 1/6/1974)

29. Nota de José Martínez aparecida en CRI n° 4I-42, febrero/mayo 1973, p.2.

30. "La mort de Carrero Blanco provoca une chute verticale du chiffre de ventes de RI. La peur, le controle à la frontière, etc." Carta de José Martínez a Giorgio Agosti, París. 5/9/1974. Carpeta 44 del archivo J. Martínez del IIHS.

31. Carta de José Martínez a Giorgio Agosti, París, 19/6/1974. Carpeta 44. A propósito de la campaña desatada por Ricardo de la Cierva ver su articulo "Liquidación por derribo" publicado en ABC el 1 de junio de 1974. Algunas referencias sobre esta campaña en la presentación de la Segunda época de Cuadernos de Ruedo ibérico, "Cuadernos de Ruedo ibérico a todos", CRI n° 43-45, enero/junio 1975, pp.3-15.

32. Carta de José Martínez a Giorgio Agosti, Prades d'Ardéche, 21/3/1975. Carpeta 44.

33. Cuadernos de Ruedo ibérico a todos", CRI n° 43-45, enero/junio 1975, p. 11.

34. Carta de José Martínez a Mme Labourdette, París, 7/7/1975. Carpeta 261. La misma idea aparece reflejada en la revista; "CRI se propone a constituir en todas partes colectivos de trabajo y de reflexión, fundidos en la práctica de la clase obrera, no aislados de ella por estructuras políticas y sindicales rígidas cuando no verticales, y aspira a ser el vehículo de relación entre ellos y su órgano de expresión. Varios de esos colectivos funcionan ya.", CRI n° 46-48, julio/dic. 1975, p. 2. Ver también el artículo firmado Felipe Orero, pseudónimo del propio José Martínez en el que se exponen las ventajas de esta propuesta, ORERO, F., "Carta abierta a la redacción de CRI" en CRI op. cit, p. 217-222.

35. En el mismo articulo J. Martínez hace una referencia a la decadencia del exilio: "Mañana, tras la descarga emotiva provocada en muchos amigos del pueblo español por la desaparición de Franco, cuando la mala conciencia europea se troque en buena conciencia al socaire de medidas seudodemocráticas posfranquistas (...) la eficacia del exilio español, no quedará reducida a cero. pero se verá considerablemente mermada, sin que hayan desaparecido las razones que exigen esa eficacia e incluso su reforzamiento", MARTÍNEZ, J., "Del atentado contra RI y de otros atentados", CRI nº 46-48, julio/diciembre 1975, pp.201-209. Tras el artículo escrito el 1/1/1976 se publica la traducción del comunicado de Le Monde y la lista de firmantes solicitando al gobierno francés que tome las medidas necesarias para acabar con las actuaciones fascistas.

36. Carta de José Martínez a Giorgio y Nini Agosti, Franzo y Giuliana Grande, París, 20/10/1975. Carpeta 44 del archivo J. Martínez del IIHS.

37. Carta de José Martínez a Giorgio y Nini Agosti, Giuliana y Franzo Grande, París, 12/1 1/1975. Carpeta 44 del archivo J. Martínez del IIHS.

38. Advertencia de la redacción, CRI n° 54, nov./dic. 1976.

39. El cargo de Director Gerente había sido ocupado hasta entonces por el editor francés François Maspero. "José Martínez deja el puesto de redactor-jefe de CRI puesto que ocupó sin interrupción desde mayo de 1965. No hay que ver en este hecho razón alguna de orden político. La única razón es de orden laboral. Nuevas ocupaciones obligan a nuestro amigo a continuos desplazamientos y a largas ausencias de su residencia habitual y le impiden ocuparse de nuestra revista como el quisiera, como lo hizo hasta ayer." CRI n° 58-60, julio/diciembre 1977, p. 93. Una explicación de lo que se dio en llamar "cultura del desencanto" en la inadaptación entre la sociedad española que crea una cultura política propia y los medios intelectuales que tuvieron dificultades para adaptarse y acompañar esa dinámica social en MESA, R., "La cultura y política españolas. Desde la dictadura a la democracia" en Sistema n° 100 enero 1991, Madrid pp 79-88.

40. Carta de José Martínez a Giorgio Agosti, París, 5/7/1978. Carpeta 44 del archivo J. Martínez del IIHS. (NDE: Ver el artículo de Freddy Gómez, De José Martínez à Felipe Orero: Les chemins croisés de la pensée critique, en la sección Artículos sobre José Martínez)

41. Carta de José Martínez a Giorgio Agosti, París, 8/5/1978. Carpeta 44 del archivo J. Martínez del IIHS.

42. Carta de José Martínez a Roberto Mesa Garrido, París, 5/5/1978. Carpeta 559 del archivo J. Martínez del IIHS.


Bibliografía

Obras citadas:

ABELLAN, J.L., "La conciencia intelectual de oposición en el exilio" en TUSELL, J,, ALTED, A., y MATEOS, A., (coor.). La oposición al régimen de Franco. Estado de la cuestión y metodología de la investigación, Madrid, 1990. Tomo II, pp. 17-22.

ABELLAN, M., "Análisis cuantitativo de la censura bajo el franquismo (1955-1976)" en Sistema n° 28, enero 1979, Madrid, pp.75-89.

ALAMEDA, S. "Entrevista con José Martínez", El País, 8/4/1979.

BLASCO, E. "El don de Prometeo. Visión y previsión de José Martínez desde la atalaya de Ruedo ibérico", Riff-Raff, Revista de pensamiento y cultura, Zaragoza, Primavera y Otoño de 1995.

DÍAZ, E., "Los intelectuales y la oposición política" en TUSELL, J., ALTED, A., y MATEOS, A.,(coor), op. cit., Tomo II, pp. 331-350.

HARGUINDEY, A.S., "Ruedo ibérico instalará una parte de sus oficinas en Barcelona", El País, 7/6/1977.

MASPERO, F., La plage noire, Editions du Seuil. Paris, 1995.

MESA, R., "La cultura y la política españolas. Desde la dictadura a la democracia" en Sistema n° 100, enero 1991, Madrid, pp. 79-88.

OSKAM, J., "Las revistas literarias y políticas en la cultura del franquismo" en Letras Peninsulares, v.5.3. Invierno 1992-93.

RENAUDET, I., "La presse sous contrôle de l'Etat. Legislation et pratiques de la censure au temps de la Loi Fraga (1966-1975)" en AUBERT, P., y DESVOIS, J-M., Presse et pouvoir en Espagne 1968-1975, Maison des Pays Ibériques/Casa Velázquez, Bordeaux/Madrid, 1996, pp.289-303


Documentos:

Colección Cuadernos de Ruedo ibérico, desde su n° l, junio/julio 1965, París, hasta su n°61-62, enero/abril 1979, Barcelona. (NDE. La autora ignora en este momento que se publicó, también ya en España, un último número -63/66 (mayo-diciembre 1979)- por no haberlo encontrado en ninguna de las bibliotecas consultadas...

Correspondencia personal (1964-1983) y archivo de José Martínez Guerricabeitia que se encuentra en el lnternationaal Instituut voor Sociale Geschiedenis de Amsterdam.