Éditions Ruedo ibérico
ERi > Libros > El movimiento libertario español > Textos

EL MOVIMIENTO LIBERTARIO ESPAÑOL

(Suplemento de Cuadernos de "Ruedo Ibérico")


Autor: Varios.
Editor: «Ruedo Ibérico».
Lugar y fecha: París, 1974.
Páginas: 347.


CONTENIDO

Se trata de un suplemento de «Ruedo Ibérico», en el que colaboran diversos autores. El editor de este suplemento hace su presentación en una especie de prólogo. «Tenemos plena conciencia -escribe- de no haber logrado dar en estas páginas una imagen global del movimiento libertario español, ni de su historia ni de su situación actual, y mucho menos del anarquismo en tanto que filosofía y práctica social.»

En estos términos nos habla de sus propósitos: «El primer imperativo que nos impusimos fue el de evitar que nuestro conjunto tuviera un carácter arqueológico. Caer en la tentación arqueológica era fácil. Abordar la historia reciente del anarquismo español, tratar de la práctica actual de sus organizaciones, ceñir aunque sólo sea flojamente los problemas que tiene planteados es tarea ardua que nos ha procurado muchos sinsabores. El segundo imperativo era evitar el monolitismo, no incurrir en el pecado de aplicar una línea estricta al fascículo.»

El presente fascículo comienza con una serie de ensayos cuyos títulos pueden dar al lector una idea de su temática: «El anarquismo en España», «Casas Viejas: reformismo y anarquismo en Andalucía (1870-1933)», «Noam Chomsky», «Objetividad y cultura liberal» y «Sobre presente y futuro del movimiento libertario español».

Después siguen otras colaboraciones bajo el título genérico de Notas, a saber: «Sobre el proletariado español y la Asociación Internacional de Trabajadores de Portugal», «La autogestión en la España revolucionaria», «La CNT y la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas», «De 'Soli' a 'Frente Libertario'. Publicaciones libertarias en el exilio», «CNT: lo que muere contra lo que nace» y «Apuntes sobre el anarquismo histórico y el neoanarquismo en España». A continuación va una encuesta sobre el «Pasado, presente y futuro del movimiento libertario español». Y finalmente bajo el rótulo de «Documentos» unos testimonios del anarquismo histórico, del anarquismo «camp», y una bibliografía en esta misma línea historicista.

En el trabajo de Rudolf de Jong, «El anarquismo en España», se lee con referencia al anarquismo en general: «Todo el mundo sabe que el anarquismo se opone al Estado, al parlamentarismo y a la clásica formación de partidos políticos. También es de dominio público que el anarquismo anda reñido con el marxismo desde que, en 1872 y durante la Primera Internacional, se querellaron Marx y Bakunin.» «Anarquistas y marxistas coinciden en creer que para poner fin a esas relaciones de la propiedad tan injustas sólo podía lograrse por medio de la revolución.»

El socialismo no renuncia a hacer uso de los instrumentos de la burguesía, lo cual le aburguesa, viene a decir el autor. El anarquismo, por el contrario, intenta hacerse con métodos y procedimientos de lucha socialistas.

En cuanto al anarquismo español hace historia de sus comienzos y sus luchas hasta la guerra civil para llegar a este balance final. «En resumidas cuentas, todos los sacrificios fueron en vano. Franco triunfó, como demasiado sabemos, y destruyó la República, la revolución social y el movimiento libertario. ¿Y ahora qué? Es sumamente difícil contestar a la pregunta de si el anarquismo resucitará después de Franco. La sañuda y larga represión ha logrado casi la total eliminación de los cuadros del movimiento y de su organización clandestina.»

Y finaliza con una tímida esperanza de un anarquismo nuevo, inspirado «en la revolución antiautoritaria de los años sesenta en las sociedades de consumo».

En la colaboración de Gerard Brey y Jacques Maurice, «Casas Viejas: reformismo y anarquismo en Andalucía (1870-1933)», se desarrollan los siguientes puntos: Nota sobre la historia general de la España libertaria, la primera Internacional en Medina-Sidonia (1872-1884), vicisitudes del anarcosindicalismo entre 1902 y 1919, la sublevación de enero de 1933 (la estructura de la propiedad agraria en Medina-Sidonia, la situación política y sindical, el carácter de la insurrección de enero de 1933), la represión, las repercusiones: las derechas al Poder.

En el trabajo «Objetividad y cultura liberal», Chomsky trata de defender la importancia de las masas populares como elemento creador si se logra su transformación espiritual. «Rosa Luxemburgo -dice el autor- preveía que el 'elitismo' bolchevique llevaría a una sociedad en donde sólo la burocracia permanecía como elemento activo de la vida social; burocracia, aunque sea 'burocracia roja' del socialismo de Estado que Bakunin había definido mucho antes como la mentira más abyecta y terrible creada por el siglo XIX.» «El miedo -dice en otro párrafo- de cualquier iniciativa popular, de toda acción de masa espontánea, sin la dirección y el control de la vanguardia cuidadosamente seleccionada, se transformó en un aspecto dominante de la ideología pretendidamente 'comunista', mientras que las prácticas bolcheviques se convertían en dogma.»

Después se refiere a situaciones concretas del anarquismo español de los años 30 y sus disensiones con otras fuerzas de signo popular.

Las consideraciones que hace James Stuart Christie en su trabajo «Sobre presente y futuro del movimiento libertario español» son objetivamente pesimistas. Bástenos reproducir sus últimas conclusiones: «Supongo que lo lógico sería acabar estas notas con alguna especie de resumen que contestase como pudiese, o sugiriese contestación, a la pregunta que más lógicamente se viene derivando de ellas: qué queda que puedan y deban hacer ya, en definitiva, las Federaciones Nacionales en general y la CNT en particular.» Prefiere que cada cual saque su conclusión después de la lectura de los puntos que propone a lo largo de su texto, haciendo una consideración final: «Por mi parte, con redondear tal posible resumen con una última sugerencia con que acabar de contestar (aquí -y- ahora) a esa pregunta recién formulada. A saber: retirarse graciosamente y por su propio pie de la escena de la historia, en el momento y medida en que la historia lo exija con la debida evidencia general. Y de una vez y por todas y sin más reticencias ni tercas proclamaciones de permanencia que valgan. Confirmando públicamente por sí mismas, simplemente, lo que ya es un hecho histórico incontestable, cuyo terco rechazo por ellas no hace sino entorpecer desde hace ya demasiados años los engranajes de la historia y obstaculizar el advenimiento de la revolución.»

«Que no se trata ya de suicidarse, sino, sólo, de reconocerse, con la debida modestia, ya difuntas. Como supieron hacerlo en su día los 'Provos' holandeses, edificante ejemplo, reconociendo que se estaban pasando de rosca en cuanto a la relación entre la duración de su propia existencia y la de la bienvenida con que se les acogió en un principio, desbandándose voluntariamente en el acto y repartiendo a manos llenas sus últimos dineros y posesiones materiales varias entre quienes los necesitaban más que ellas y mejor que ellos sabrían aprovecharlos.»

Pone también como ejemplo de autodisolución el movimiento anarquista japonés para terminar con este párrafo: «Pero mejor sería que los compañeros de la vieja CNT que hayan hecho el esfuerzo seguramente algo amargo de leer estas notas y que sigan hoy siendo realmente anarquistas empezasen ya a emplearse por entero a ayudar y a apoyar a quienes luchan hoy día de verdad por el orden social nuevo que unos y otros queremos, en lugar de seguir drogándose indefinidamente con sus inútiles sueños de cuanto se hizo o se pudo hacer en aquellos (no tan gloriosos) gloriosos días de cuando la República.»

La parte de la publicación, «Notas», comprende trabajos sobre la historia del anarquismo libertario español, que, según se desprende del párrafo anterior, no nuestro, puede considerarse fenecido sin gloria.

Las preguntas de la encuesta se refieren a las vicisitudes personales de los encuestados, a sus opiniones sobre el anarquismo «camp» y sobre las posibilidades de acción futura.

Los documentos y la bibliografía se refieren a situaciones, opiniones y hechos que son ya sólo historia del anarquismo español.


JUICIO

Una publicación más de «Ruedo Ibérico» sobre el anarquismo libertario español, reiterando temas, en cierto modo, ya conocidos para los lectores de la colección.

El primer temor, justificado, del recopilador era el de dar a la publicación un carácter arqueológico. En política y a la velocidad de nuestro siglo hechos y acontecimientos acaecidos más de hace diez años bien pueden ser considerados como arqueológicos -valga la metáfora-. En esta publicación, desde distintos puntos de vista, se mira con nostalgia a lo que los anarquistas españoles llaman su siglo de oro, de 1930 a 1939. Sólo es admisible esta denominación si se juzga la temperatura pasional, de ninguna manera los logros que han sido prácticamente nulos.

Otro escollo que han tratado de evitar es el monolitismo de una obra de autor único. Pero con ello no han evitado la reiteración, pues el tema no da para más.

En el trabajo de Jong se evidencia, sin paliativos, el ocaso del anarquismo, hablándose con escasas esperanzas de resurrección, lo que implica un reconocimiento de su muerte. Y esta resurrección quiere verse en los movimientos naturalistas y vegetaloides que penden y dependen de la sociedad de consumo.

Hay que tener mucha imaginación para ver continuidad entre el bronco, puritano y agresivo anarquismo ibérico de los años treinta y la incuria antilaboral de las actuales manadas o grupos contestatarios.

Son válidas, por otra parte, las críticas que se hacen en algunos trabajos del libro sobre el comunismo falsamente «conseguido» a través de la dictadura del proletariado, que se realiza mediante un elitismo burocrático muy lejano de la democracia con que suelen disfrazarse estos regímenes. En cuanto a las interpretaciones que se hacen de los acontecimientos durante la República y la guerra civil española se podían hacer muchas objeciones, a las que es necesario renunciar por falta de espacio; no obstante, el tono de estas últimas publicaciones del género tiende a ser más objetivo, o mejor, tiende a guardar las formas de la objetividad, las formas nada más, aclaremos.

En cuanto a las respuestas de los encuestados tienen expresiones demasiado coloquiales muy indicativas (derrepenterre, todo cristo, etc.). A veces se encuentra en ellas algún destello de realismo, hijo de las pasadas experiencias, del que es botón de muestra este desgarrado comentario: «¿Eh? ¡Ah! Mira, vosotros los jóvenes sois como vírgenes y habláis como putas. Escúchame bien esto: cuando se ha tenido que matar a alguien, todo cambia. Todo cambia. Y uno acaba aprendiendo algo que no desmiente ya ni Dios: por la violencia no se logra nunca nada, absolutamente nada libertario.»

Pensamos que, en todos sentidos, el párrafo es lo suficientemente expresivo para ahorramos cualquier comentario.


In Boletín de Orientación Bibliográfica número 98-99, octubre-noviembre de 1974, pp. 43-46