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CUADERNOS DE RUEDO IBÉRICO, número 1
Autor: J. Martínez, J. Semprún y otros.
Editor: Ruedo Ibérico.
Lugar y fecha: París, junio-julio 1965.
Páginas: 112.

CONTENIDO

José Martínez y Jorge Semprún: Presentación.
Juan Triguero: "La generación de Fraga y su destino".
Manuel Martínez: "Algunos aspectos de la coyuntura económica española"
Cur.: Dibujos.
José Ángel Valente: Poemas.
Juan Claridad: "Madrid: 25 notas sobre una agitada primavera"
Francisco Fernández Santos: "Julián Marías y el "liberalismo". o cómo se hace un diccionario de literatura".
Jordi Blanc: "Asturias: minas, huelgas y comisiones obreras".
Ángel Olmo: "Trabajadores españoles en el extranjero".
Diálogo con el profesor Enrique Tierno Galván.
Notas: Libros, cine, teatro, pintura, urbanismo.
Luis Ramírez: "¿Dialogar?" La anteúltima maniobra.

COMENTARIO

Primer número de una revista nueva que, en sus aspectos externos -formato, tipografía, distribución formal- rebasa los límites de lo correcto para convertirse en francamente excepcional. Lástima que sean éstos casi los únicos elogios que podamos dedicar a una publicación que quiere ser una tribuna de expresión socialista, rigurosa y libre. Y decimos "casi" porque hay mucho de elogiable en el artículo de Manuel Martínez [Santiago Roldáni! - NDE] sobre la economía española actual. Martínez reconoce noblemente el éxito del Plan de Estabilización del 59:

"El Plan de Estabilización fue un verdadero éxito para el capitalismo español, pese a las previsiones de quienes profetizaban la catástrofe económica."

así como la transformación positiva de nuestra economía:

"El hecho es que la economía española está transformándose a pasos agigantados. De una economía autárquica "sui generis" -"de invernadero", como se ha dicho- se ha convertido en una economía cuyos problemas y fenómenos típicos entran, casi en su totalidad, en el cuadro de una economía de capitalismo monopolista de Estado típico de la Europa Occidental."

e incluso los resultados de esa transformación:

"...; crecimientos continuos e importantes en la producción de bienes de equipo; importaciones de bienes de capital, con aumentos anuales que se sitúan entre et 25 y 40 por 100; cambios continuos y favorables en la estructura del consumo; crecimientos superiores al 6 por 100 en el producto nacional bruto y en la renta nacional, mantenidos desde 1961, etc."

El análisis de Martínez acerca de la crítica situación de la agricultura española es correcto en líneas generales, y coincide con los diagnósticos hechos en España, notablemente con lo esencial de la interpelación formulada en el último Pleno de las Cortes Españolas por el Procurador señor Allende.

Martínez critica muy acertadamente el anquilosamiento doctrinal, de tinte anarquista, en torno a la propiedad agraria. Refleja los datos reales sobre el aumento en el coste de vida y comenta el resultado del Plan de Desarrollo. Admite que el Plan, meramente indicativo para el sector privado, no ha alcanzado algunos de sus objetivos mientras que ha rebasado con creces otros; afirma que había que corregir inmediatamente muchas de sus directrices. Pero en definitiva reconoce que el Plan ha actuado como motor, no ya de un simple crecimiento, sino de un auténtico desarrollo.

Las citas teórico-marxistas con las que Martínez espolvorea, generalmente a contrapelo, su artículo, lo mismo que las afirmaciones dogmáticas que, seguramente por el destino de su artículo, se ve obligado a repetir, no enturbian el mérito fundamental de su trabajo, en el que se reconoce el progreso fundamental y ya incontenible de la economía española.

Hay algunas otras cosas buenas en este primer número. Pero están dispersas en la cansadísima maraña de tópicos y de insultos que privan a la nueva revista de todo valor intelectual.

La presentación es un ejemplo de conceptismo trasnochado y, naturalmente, contradictorio. Por una parte, sus autores se sitúan en el "polo opuesto de toda ortodoxia mineralizada, de todo pensamiento dogmático", y veinte líneas más abajo proclaman la "necesaria transformación socialista de la sociedad". Lástima.

Lo único que consigue demostrar Juan Triguero [José María Moreno Galvan!-NDE] es que él también pertenece a "la generación de Fraga", pero sin ser capaz de aprobar ninguna oposición. Su amargura y su absoluta falta de educación le llevan al insulto soez que se convierte de tal forma en esencia de su artículo que nos impide todo comentario tras expresarle, con pena, nuestra más sincera compasión por el bajísimo nivel humano a que ha llegado.

Los dibujos de Cur son pesadotes y facilones. Suenan a aquella propaganda barata que la Alemania nazi distribuía, en los años 40, bajo las puertas.

Los poemas de Valente, malos, prosaicos, cansados. Pobre poeta, que reviste de dogmatismo helado hasta al mismo sentimiento por la muerte de su padre. Todo muy flojo.

Juan Claridad [Eduardo García Rico - NDE] hace una crónica bien escrita, pero sin perspectiva. En la primavera madrileña hubo muchas más cosas. Y la agitación estudiantil, desde Berkeley hasta Moscú, fue mucho más universal. Los cotilleos políticos que refleja J. C. son, todo lo más, a nivel de jefes de negociado. Se le han escapado a J. C. las mejores anécdotas. Buen diagnóstico final de las desventuras de la "oposición".

Insultos otra vez en la crítica del diccionario de J. Marías. Flojísima la charla de café de Jordi Blanc, que parece transcrita de las emisiones plúmbeas de Radio España Independiente.

Vuelve el tópico a granel en la nota de Ángel Olmo sobre los obreros españoles en el extranjero. Buen premio de redacción escolar. Todo superado ya por cosas escritas y publicadas en España.

El diálogo con Tierno, si es auténtico, sólo sirve para subrayar la ya bien ganada reputación del inquieto catedrático de Salamanca como dogmático, superficial y sociológicamente indocumentado, dentro de una pretendida y solemne oscuridad. Todo queda en el aire, naturalmente.

La estúpida nota de Iñaki Goitia cierra este primer número junto con una aburridísima colaboración de Luis Ramírez. Luis Ramírez sigue en el mismo tono de desilusión en cansancio menor que inició en "Nuestros primeros veinticinco años". Cuando cuente sus impresiones de los segundos va a sonar, por lo menos, a serial radiofónico.

Curiosa resonancia que se advierte ya en este triste primer número de "Cuadernos de Ruedo Ibérico", la revista que nació con veinticinco años de cansancio.


In Boletín de Orientación Bibliográfica número 33-34, septiembre-octubre de 1965


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